Hace unos días hice una sesión de fotos a Ona, una niña preciosa y muy simpática.
La sesión de fotos la hicimos en un parque que hay en mi pueblo y la verdad es que nos hizo un tiempo estupendo.
Quedamos bien tempranito para pillar buena luz y poca gente, ya que hay una zona de barbacoas cerca y bueno… se pone a petar. La niña, un amor… desde el minuto uno mi trabajo fue muy sencillo, con ayuda de sus padres, le dimos juego y en seguida se acostumbró a mi y a la cámara. En otras sesiones había costado un poco más, depende de los niños, claro. A mi me encantan los niños y supongo que eso también hace que me sea más divertido.
Disfrutamos de una mañana estupenda, divertida y con fotos, muchas fotos, que os resumo en esta presentación.